lunes, 1 de octubre de 2007

Ni tan malo...

Quisiera dedicarle mi primer artículo al entrenador más exitoso en la historia del futbol mexicano: Javier Aguirre. Veía con una gran tristeza como la prensa se comía viva al Vasco hace a penas 10 días. Si no contrató a Riquelme, si no arriesga, si Reyes esta en la banca, si juega con dos pivotes, si se defiende demasiado, si no controla el balón, si los jugadores no le hacen caso. Incluso se anunciaba a José Mourinho como el inminente sucesor a puesto de mister en el Atlético de Madrid.

Aguirre, sin embargo, nunca perdió la compostura. Se le debe agradecer mantener ecuanimidad en momentos de presión extensa, y volver a jugársela con la suya. Su discurso sincero, que parecía gastado, lo sacó adelante en los momentos de mayor premura.

Es cierto que contó con la suerte de los exitosos, un rival turco, de segunda división en la UEFA, el Kayserispor, que permitió que el cuadro colchonero se reencontrara con su futbol. Cuatro goles después, y con gritos de Simeone en la tribuna, Aguirre pudo ir a dormir tranquilo después de más de un mes.

Lo que resta es historia, se cerraron filas al rededor del entrenador, los jugadores se dijeron convencidos del discurso de él, y firmes en sacar adelante el barco. La directiva le dio un voto de confianza, lo que sabemos que no significa nada y que es una última oportunidad.

Llevo siguiendo la carrera de Aguirre más de 13 años, desde que era auxiliar técnico del Dr. K en el mundial de 1994. Y nunca vi un rostro más emotivo que el que se le vio con el cuarto gol de Costinha frente al Racing de Santander... tenía lágrimas en sus ojos. Como anécdota, cuatro de sus jugadores lo fueron a abrazar y a demostrarle que si están dispuestos a jugársela con él.

Diez días después, Aguirre es el mejor entrenador, ayer salió todo el mundo contento del Vicente Calderón, con una clara victoria de 2-0 frente al bien amado Osasuna. En media semana, se repitió la dosis en San Mames, y obtuvo la primera victoria como visitante. Al final siempre queda la frialdad de los números: 3 victorias seguidas (por primera vez en 5 años para el Atlético), 5to lugar general, y con un pie y medio en la segunda ronda de la Copa UEFA (por primera vez en 8 años).

La clave: Aguirre y su sinceridad, en las buenas y en las malas. Un equipo unido y que si cree en el entrenador, un discurso modesto, un perfil bajo, respetando siempre al jugador. Y algo más, apostarle al gran valor del Atlético, el Kun Agüero, que se esta poniendo el equipo al hombro, convirtiéndose en uno de los grandes animadores de la Liga.

Al final Aguirre, ni tan bueno, pero definitivamente ni tan malo...

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